Lo único que acompaña en todo momento a los visitantes de la librería es el crujir de la madera, el chillido de las escaleras y el fascinante olor de los libros.
por Daniela Briceño
Una ciudad como Bogotá, caótica, llena de contraste, acelerada, diversa, esconde hoy día pequeños pero invaluables tesoros en algunos de sus rincones. Tesoros que no imaginamos que existen en nuestro territorio pero que son tan propios de este que nunca podríamos trasladarlos a otra parte. La librería Merlín es ciertamente una de las joyas que Bogotá aún conserva y que continua manteniendo bajo las sombras. Ubicada en el centro de la ciudad, la librería Merlín toma lugar dentro de una casa antigua situada sobre la calle 16, mejor conocida como la calle de los libros, abajo del Museo del Oro. Desde afuera la librería no da cuenta de aquel mundillo que se vislumbra cruzando la entrada. Casi indescriptible es aquello que se puede ver dentro de esa enorme casona vieja: innumerables pisos y vertientes acompañados únicamente por libros del piso al techo y de esquina a esquina.
Las estanterías no son suficientes para los millares de libros que la librería contiene y es por eso que los corredores se reducen al paso de las columnas de libros que van creciendo con el tiempo. Sin duda alguna la colección de la librería Merlín es emocionante para cualquiera: libros antiguos y usados, sobre historia de Colombia, historia del mundo, geografía, biografías, esoterismo, yoga, ilustración, arte, violencia, amor, autores de todas partes del mundo, poesía, tratados, ensayos, novelas, colecciones de revistas y periódicos, política, religión, en idiomas diferentes, ediciones especiales, arquitectura, educación, fotografía, cine, clásicos, libros infantiles… tan grande es el repertorio de aquella librería que resulta enviciador recorrer sus pasillos para ver con que sorpresa puede uno toparse. Sin intención, podemos permanecer embelesados durante horas dentro de la casona, pues entre más la caminamos, más nos damos cuenta que nos falta mucho por recorrer.
Inconscientemente perdida entre los laberintos que los libros forman, fui a dar a una colección de cuadros, pues resulta que la librería Merlín también es galería de arte. Es interesante descubrir que el arte es una gran sección dentro de la librería. Varios salones enteros están destinados a este tema: un salón solo de arte colombiano, un salón de arte en general, libros ilustrados clasificados en todo tipo de secciones y como olvidarnos del enorme corredor que hace de museo. Me he topado con maravillas en estas secciones: un libro de Héctor Abad Faciolince re editado por ArteDosGráfica en una edición especial de solo 120 ejemplares con impresiones originales en serigrafía, un libro japonés sobre el amor con cientos de ilustraciones japonesas pornográficas, un libro de formato descomunal con todas las ilustraciones de la comisión corográfica… estos entre los más destacados, pero ciertamente usted descubrirá sus propios tesoros en este melancólico lugar.
La librería aunque contenga una cantidad impensable de libros, es organizada a diario y es realmente sencillo buscar aquello que le interesa. Además, la casa no ha perdido su esencia de hogar, es por esto que resulta agradable estar ahí, sentarse a leer en alguna de sus muchas cálidas salas que todos los pisos poseen. A pesar de que la librería se encuentra en un lugar comercial por donde hay mucha afluencia de gente, la casa es silenciosa y tranquila. Lo único que acompaña en todo momento a los visitantes de la librería es el crujir de la madera, el chillido de las escaleras y el fascinante olor de los libros.
¿Dónde?
Librería Merlín
Carrera 8ª # 15 – 70
Abierto de lunes a sábado de 10 am a 6:30 pm