Una exposición anual, recorre las múltiples posibilidades que un elemento tan común como el papel nos puede dar. Sin embargo, aunque común, el papel resulta complejo en cuanto a sus variedades y sus usos. De esta manera empezamos a entender como ante nosotros se abren diversas vertientes que resultan sinónimos del lenguaje. Recorte, collage, tejido, tinta, grafito…. y, más importante, el modo en que cada artista lo utiliza, nos habla, nos transmite, nos comunica algo.
Adicionalmente a los tipos de lenguaje utilizados en esta muestra, resulta interesante el uso no convencional del soporte y la técnica. Claro está que muchísimos papeles son hechos específicamente para hacer serigrafía, grabado, dibujar con carboncillo o grafito e inclusive pintar con óleo. Pero ¿qué pasa cuando una colección de servilletas manchadas de tinta ocre se convierte en la imagen del tranvía de Bogotá repleto de gente, cuando una agenda es el soporte para una obra de arte, cuando es el óxido el que dibuja por sí mismo o cuando el dibujo es el vacío del corte de un papel o las arrugas de una superficie?
El arte que vemos en esta muestra empieza a alejarse de aquello que ya habíamos entendido como arte, donde, por ejemplo, el marco y la figuración juegan un papel fundamental; ciertos elementos nos dan la pauta para dejarnos llevar por la sensibilidad e interpretación cuando vemos arte, pues nos indican que sí es arte. Sin embargo cuando esas pautas no son claras o simplemente no existen ¿Aquella pieza deja de ser considerada arte? O al contrario, ¿toda pieza dentro de dichas pautas debe llamarse arte?
Ciertamente no tengo una respuesta concreta para dichas preguntas pero si puedo decir que dentro de la exposición “Lenguajes en papel” aquellas piezas fuera de la convención de una obra de arte sobre papel, fueron las que me detuvieron por más tiempo, las que me hicieron pensar y las que me permitieron sentir e interpretar aquel lenguaje que el artista proponía.
Finalmente todos sabemos que cuando hablamos de arte estamos sujetos a nuestra opinión y nuestro gusto. Sin embargo, cabe recordar que esta exposición está inmersa en el marco del arte contemporáneo. La historia del arte que nos precede es vasta pero no infinita. Es por ello que dentro de esta exposición, a la vista destacan piezas que no solo son bellas por su ritmo, composición y hechura, sino por el cómo comunican un mensaje. Es decir, por el camino sin recorrer, arriesgado e innovador que nos permite entender que hay muchas maneras de hacer arte y no necesariamente por el camino tradicional, muchas veces ya recorrido por la historia del arte.
La imagen aquí presentada como un collage de tipos de papeles, ha partido de un análisis de la exposición “Lenguajes en papel”. Desde el interés específico de algunas piezas de esta muestra, se ha configurado esta imagen. Recurriendo a la repetición de elementos abstractos dispuestos sobre papeles no convencionales para el arte (los cuales fueron utilizados por algunos artistas en la exposición) se busca insertar el concepto del tiempo. Concepto que resulta un punto de convergencia entre las obras “La creación de Adán” del artista Jaime Gamboa, “202” de Marcela Calderón, “Autopsia” de Vanessa Nieto y “Remedo de remedios” de Margaret Mariño. Todas estas son obras procesuales y el resultado final no es más que un punto intermedio dentro de la línea de tiempo, las cuales podrían continuar su proceso insistiendo en la repetición de sus formas, casi de manera catártica.
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