APUNTES DE PROCESOS Notas de las conferencias realizadas en CasaTinta por José Rosero
La charla de Lluïsot en CasaTinta tuvo algo especial: es la primera vez que este artista catalán habla sobre su trabajo de poesía visual, realizado con fotografía e intervención de objetos, por eso para él fue retador que le hayamos pedido que mostrara específicamente ese lado de su obra. Esta conferencia tiene un tinte de experimentación y desnudez.
Lluïsot comienza diciendo que las ideas surgen en el momento más inesperado. Tienen esa actitud espontánea de aparecer y desaparecer. De allí que su postura frente a ellas sea la de un coleccionista, donde la búsqueda de lo poético está en hacer conexiones entre objetos que no tengan un enlace lógico aparente y con ello abrir espacios para la interpretación, como quien abre las ventanas para dejar entrar el aire. Todo muy al estilo de Gianni Rodari quien en su libro “La gramática de la fantasía” plantea una postura similar para la creación de historias con el uso de las palabras, diciendo que “(…)es necesaria una cierta distancia entre dos palabras, que una sea suficientemente extraña a la otra, y su unión discretamente insólita, para que la imaginación se ponga en movimiento, buscándoles un parentesco, una situación (fantástica) en que los dos elementos extraños puedan convivir. Por este motivo es mejor escoger el «binomio fantástico» con la ayuda de la «casualidad».” Rodari utiliza el método de la creación de Binomios Fantásticos como primer paso a la construcción de una historia, al igual que Lluïsot lo hace a través de la provocación entre objetos.
La poesía visual tiene entonces ese mecanismo que Lluïsot relaciona también con el mecanismo del humor: encontrar relación entre dos cosas que no tienen ninguna relación, puede tomarse de una forma tanto conceptual como satírica. Los binomios fantásticos que crea Lluïsot son imágenes silentes pero efervescentes.
El uso de la fotografía para crear poesías visuales se justifica en la posibilidad objetiva y realista que tiene la foto en sí. Lluïsot sabe que su dibujo es poco realista y no funciona respecto a las ideas sobre poesía visual, ya que no puede lograr el realismo suficiente como para crear esa especie de ficción poética: la mente observa los dibujos con una duda previa, al ser estos creaciones que vienen de la mano, donde se permite exagerar, disminuir o modificar la realidad. La fotografía desde su creación es el lenguaje de la fidelidad hacia lo real. Y se ha instaurado en nuestra mente así a lo largo del tiempo. Por ello al hacer estas intervenciones con objetos reales, Lluïsot permite un momento de suspensión de la incredulidad, para que la imagen entre con más potencia en la mente del lector-observador.
Por otro lado, la poesía visual para él es universal. Es decir, contrario al texto, la imagen no requiere ser traducida. Las poesías escritas tienen un nivel de sofisticación y exactitud con el uso del lenguaje y el significado, tan elevados que por ello es tan complejo, y a veces imposible, traducir una poesía de una lengua a otra. Sin embargo, la imagen al ser silenciosa en este sentido permite ser introducida en diversos medios y espacios sin importar la lengua que se hable. La imagen es internacional y atemporal. Por algo podemos entender en gran medida lo que pretendía el hombre neandertal al pintar las cuevas con animales, o interpretar a los mayas, egipcios o griegos, solo observando las imágenes que sugieren escenas, gestos y textos.
Lluïsot ha reconocido tres formas de encontrarse con la poesía visual: Una de tropiezo, que es cuando en los mercados o sitios diferentes encuentra un objeto particular que puede convertir en una escena poética (el objeto llama a la poesía). Otra, es de búsqueda, que es cuando tiene una idea preconcebida en su cabeza y se pone a la tarea de pescar el objeto adecuado que se pueda amoldar a la idea (la poesía llama al objeto). Y otra es de surgimiento espontáneo, que es cuando la escena ya está dispuesta de forma coindicencial, mágica o caprichosa, y lo que debe hacer él es simplemente registrarla (la poesía llama a la poesía).
Y es en estas formas donde empieza a jugar un papel importante su habilidad como artista, ya que el objeto no solo debe lanzar un mensaje poético, si no también ser un objeto bello. Por eso en algunos casos es necesaria cierta intervención o selección de un ángulo en la toma de la fotografía para mostrar este objeto en todo su esplendor. Hay ideas sutiles, que tienen un resultado que apela directamente a la observación minuciosa del lector e ideas evidentes que pueden interpretarse de forma inmediata, donde la fotografía se vuelve un primer filtro. Sin embargo, puede suceder que el objeto y la idea de poesía funcionen bien en la proyección mental, pero al momento de realizar la toma la imagen no logre la potencia esperada y sea necesario descartarla.
El proceso requiere de mucha paciencia y múltiples tomas. Cabe rescatar que las imágenes de Lluïsot no tienen retoque digital, lo cual quiere decir que la creación de poesías visuales requiere de una ingeniería particular. Los objetos fueron realmente intervenidos como los vemos, lo que siempre supone un problema en el momento de la creación. Por ello es que la selección de los mismos y el nivel de intervención en ellos es muy medida. En la toma se debe buscar un buen ángulo para que los objetos se comprendan y las intervenciones en ellos transmitan lo necesario. Es importarte en estas tomas buscar la claridad. Por ello los fondos son en su mayoría planos, dando al objeto toda la importancia.
Lluïsot comenta que todo este trabajo ha sido realizado de una forma muy rústica. No tiene un estudio de fotografía, ni tampoco los mejores elementos para lograr un toma al estilo profesional. Sus imágenes las hace con un sin fin de cartulina en un espacio de su taller donde entra la luz día directamente de un gran ventanal, añadiendo cierto dramatismo y posibilidad constante de accidente a la creación. Lo que importa es el resultado y el poder registrar ese momento espontáneo rescatando la naturaleza de los objetos en la toma.
Al cerrar su charla, Lluïsot muestra una serie de trabajos espontáneos que surgieron en su camino por Colombia. Con ello no solo justifica un aparente método de creación de poesías visuales, si no que demuestra que el mundo esta lleno de imágenes, que tienen cierto contenido y elegancia, y que con una idea previa, selección, o simplemente una intención de búsqueda, cualquiera tiene la capacidad de encontrarlas, siempre y cuando, andemos por la vida de turistas.